El respeto de todos al crucifijo
del lecho aquel donde la madre
muere.
La pasión que se siente por el hijo
que es sangre de la esposa que se
quiere.
La dulzura sin par de los lugares
donde se habla de amor por vez
primera.
La imponente bravura de los mares.
La majestad de dios en los artares.
Todo eso es la bandera.
Es el premio mas grande y merecido
del soldado que alcanza la victoria.
El consuelo mas dulce del herido,
del que muere en la linda y justa
gloria.
Bendita seas, si, bendita seas.
Y si el canto traidor de algún cobarde
te niega alguna vez el necio alarde
de egoistas ideas con su veneno
vil llega a ofenderte,
la mano del leal ¡le dará muerte!